Efectos de las nalgadas y correasos en la salud de los niños.


El año pasado escuché por la radio a tres periodistas de Panamá que recomendaban a los padres y oyentes volver a utilizar el castigo físico sobre sus hijos. Según estos periodistas la rebeldía, el descontrol y los problemas de la juventud se deben a que los padres de hoy no son capaces de pegarles a sus hijos cuando se lo merecen. Eso no fue todo. El periodista más popular de los tres, dijo que los correazos y chancletazos no han matado a nadie y que ni fiebre les dan a los niños cuando se lo merecen. En otro programa, una de las periodistas le dijo a su audiencia de la mañana que el éxito de su vida profesional se lo debe a los castigos físicos que le dio su padre y que gracias a esa disciplina ella es hoy una mujer de bien. El tercer periodista fue aún más osado y sugirió a los padres no hacerles caso a las recomendaciones de los psicólogos de evitar pegarles a los niños porque después se trauman, y aseguró además que a los niños nada les pasa cuando les dan unos buenos correazos por portarse mal.


La narrativa de los periodistas es una muestra del pensamiento imperante no solo en la sociedad panameña sino en todo el mundo. Así lo demuestra el último estudio publicado por UNICEF1, el cual reporta que el castigo físico es la forma de “disciplina” violenta más utilizada en el mundo y que el 80% de los niños de 2 a 14 años ha recibido algún tipo de castigo físico. Con tales datos no sorprende el hecho de que miles de personas hagan comentarios de aprobación cuando alguien comparte la siguiente imagen:



El castigo corporal ha sido utilizado durante miles de años y se ha enseñado por generaciones. Las investigaciones han sido claras y han demostrado los peligrosos efectos de las nalgadas, correazos y el castigo físico en todas sus formas. Sin embargo los profesionales de la salud no hemos explicado con claridad cuáles son sus efectos, en parte porque nuestra narrativa se ha basado en opiniones, creencias y posturas personales, pero no hemos ofrecido evidencia concisa basada en datos sólidos que informen a los padres y los ayuden a tomar mejores decisiones en cuanto a disciplina.

Este artículo no intenta decirles a los padres cómo criar a sus niños. Estoy completamente convencido de que los padres quieren lo mejor para sus hijos y se sacrifican por ellos. Pero es nuestra responsabilidad la de proveerles los datos científicos más relevantes en cuanto al daño que provoca el castigo físico, sus efectos a corto y largo plazo en la salud, los compromisos internacionales para prohibir todo tipo de castigo físico y alternativas más efectivas de disciplina.

(Seguir leyendo en Psyciencia: https://goo.gl/SC3GBO) 

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